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El calzado como Equipo de Protección Individual

El calzado de protección individual es uno de los elementos fundamentales en la protección dentro del entorno laboral, su uso es vital tanto en la prevención como en la seguridad frente a diferentes riesgos que pueden llegar a provocar graves lesiones en el trabajador. Este tipo de calzado como equipo de protección individual debe utilizarse cuando los riesgos presentes en el lugar de trabajo no se pueden evitar con los medios técnicos de protección colectiva existentes o con las medidas o procedimientos de organización del trabajo.

Calzado de protección de calidad premium, para uso en diferentes sectores industriales.

A grandes rasgos, según el grado de protección, existen tres tipos de calzado:

  • Calzado de seguridad: Es el que ofrece mayor grado protección. Está equipado con tope de seguridad para proteger la parte delantera del pie, y su diseño ofrece protección contra el impacto con un nivel de energía de al menos 200 J y contra la compresión con una carga de al menos 15 kN.
  • Calzado de protección: Ocupa una posición intermedia, también con tope de seguridad para proteger la parte delantera del pie, y diseño que ofrece protección contra impactos. Ahora el nivel de energía es inferior al calzado de seguridad, en este caso con un nivel de energía de al menos 100 J y contra la compresión cuando con una carga de al menos 10kN.
  • Calzado de trabajo: No garantiza protección contra el impacto y la compresión en la parte delantera del pie, su uso está destinado a entornos donde no existen estos riesgos.

Diferentes modelos de calzado de proteccion acabado en piel.

A su vez, dependiendo del material de fabricación, se distinguen dos clasificaciones:

  • Calzado fabricado con cuero y otros materiales (excluidos calzados todo de caucho o todo polimérico.)
  • Calzado todo de caucho (por ejemplo, completamente vulcanizado) o todo polimérico (por ejemplo, completamente moldeado).

La elección del calzado de protección individual no es un proceso sencillo, pero es fundamental y debe ser el resultado de un estudio riguroso de las condiciones y los riesgos en el puesto de trabajo. Una vez que los responsables de Riesgos Laborales de cada empresa han definido los riesgos, se debe proceder a definir las características y prestaciones que habrán de tener los calzados de seguridad para responder eficazmente a los riesgos definidos.

Para ello se tendrá en cuenta por cada caso toda una serie de factores que son propios al origen y forma de los riesgos valorados. Algunos de los cuales son:

Calzado profesional para el sector alimentario, hospitalario.

• Resistencia al impacto en caída libre.
• Resistencia a las proyecciones de objetos a velocidad.
• Resistencia al aplastamiento.
• Resistencia a la perforación.
• Resistencia al plegado.
• Resistencia a agentes químicos.
• Impermeabilidad al agua, disolventes, etc.
• Características antideslizantes de la suela.

Normativa del calzado como Equipo de Protección Personal

De la cuantificación de los riesgos se obtendrá la determinación de las prestaciones necesarias del calzado adecuado a los riesgos de los que haya que protegerse.

Una vez definidas las características y prestaciones que habrá de tener el calzado según el riesgo y los demás factores definidos, se buscará el asesoramiento de los suministradores o fabricantes.

Es importante señalar que el asesoramiento de un fabricante o suministrador especializado será de gran ayuda en el proceso de evaluación y elección de la opción más adecuada de calzado compatible.
Como todo EPI, el calzado de protección individual siempre debe ser homologado y deberá llevar una marca de calidad que garantice el cumplimiento de la normativa vigente y características técnicas.